Hoy mi corazón sonríe, unas manitas flaquitas lo miman.
Brincan sobre él juguetonas y llenas de ilusiones. Llenas de ternura.
Tienen las esperanzas tan grandes como su curiosidad.
Tiene su cabello tan largo como el tiempo que nos separa...
Y envuelve su cuello con lana y vuelve a brincar.
El abrazo. Tan esperado y necesario en estos días.
La sonrisa. Esa que ilumina hasta la noche más oscura.
8 de enero de 2008
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