Que los corazones entre más años, más sabios... Que no les tienen que decir las cosas, que ya lo saben.
Que no es cierto eso de que ojos que no ven... si el corazón siempre siente, presiente y resiente.
Que las constantes se llaman constantes por algo, porque siempre están ahí... que ahora está en calma porque confía, pero a veces se inquieta.
Que me gustaría que fuera diferente, por supuesto. Y así no tener que estar tranquilizándolo con pensamientos balsámicos, aromaterapia e infusiones mentales, para que no se altere con cada una de sus corazonadas.
27 de diciembre de 2007
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