Desde la cima de la montaña. Se agita con la altura... se hiela cuando amancece. Tiene que quitarse la escarcha para poder ver al otro lado... La recompensa: un amanecer rosa, una luz cálida. Un nuevo aire que lo llena, a pesar de la soledad.
11 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)