Me acurruco en mí misma, alrededor de mi corazón y oigo su latir que se confunde con un eco que viene a mi mente. Ligeramente escucho la voz de mi madre, no la de ahora, la de hace años, más joven y clara... Había una vez un gato, con la lengua de trapo y las patas al revés ¿Quiere que se lo cuente otra vez...?
23 de octubre de 2007
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